Gracias a la globalización, a la educación y a políticas públicas especificas en materia de salud, es indiscutible la importancia que tiene adquirir hábitos alimenticios adecuados. El objetivo de esta práctica es poder disfrutar de una alimentación balanceada, suficiente, sana y equilibrada.
Aunado a eso, las personas están más conscientes que nunca con respecto a los efectos, tanto positivos como negativos, que tiene la alimentación sobre la salud.
En la Antigüedad, descubrieron que la alimentación y la salud tienen un vínculo realmente estrecho. Además, lograron advertir que el consumo de ciertos y determinados alimentos puede causar enfermedades, así como la existencia de alimentos que no se deben consumir cuando se está enfermo.
Durante las últimas cinco décadas, los expertos en salud han establecido claramente que existe un vínculo muy estrecho entre una adecuada alimentación, que aporte al organismo los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento, y la prevención de una amplia cantidad de enfermedades.
Entonces, la alimentación es una necesidad biológica que resulta fundamental para subsistir, y además, define en gran medida el estado de:
- Salud.
- Crecimiento y
- Desarrollo del organismo.
En consecuencia, una dieta adecuada constituye un elemento clave para un estilo de vida, cuerpo y mente saludables. Además, sirve para prevenir enfermedades y para fortalecer los procesos de rehabilitación de personas enfermas.